¿Cuánto pesa la camiseta en el mundial?
TRANSFORMAR LAS MOCHILAS EN ZANAHORIAS
Se acerca el máximo acontecimiento del deporte rey del mundo. Solo 32 equipos estarán
presentes y solo 8 tienen aspiraciones verdaderas de campeonar, lo cual es bastante difícil
siempre y responde a una compleja articulación multicausal. En el medio de este trayecto, y
desde el análisis estrictamente psicológico, surgen algunos interrogantes:
¿Porqué hay futbolistas que rinden más en el club que representando a su país?
¿Porqué Julio Cortázar una vez escribió “que nada mata más al hombre que representar al
país”?
¿Cuáles son los factores psicológicos que hacen que se merme el rendimiento en el mundial?
¿Cuántos jugadores rinden más en la Selección que en su equipo? ¿Porqué?
Los equipos que representan a un país, muchas veces no son equipos como los que
representan a los clubes. Lleva tiempo, trabajo, convivencia, cohesión hacer de un grupo, un
verdadero equipo. Y sobre todo se precisa un líder. No un jefe. Un líder que entienda el juego, y
sepa transmitir, comunicar, motivar, escuchar además de sus conocimientos técnico- tácticos.
Como lo fue Marcelo Lofreda en el rugby o Cachito Vigil en el hockey o Rubén Magnano en el
básquet.
Representar al país donde uno nació, siempre conlleva una carga extra de responsabilidad, si
sos consciente de ello.
Algunos pueden transformar esas presiones en motivaciones porque poseen recursos
psicológicos naturales para hacerlo, como lo hace claramente David Nalbandian en tenis
cuando juega la Copa Davis. Y en el fútbol hay casos del pasado como Claudio Paul Caniggia Y
Javier Saviola y del presente como Jonás Gutierrez y Javier Mascherano. A mi modo de ver
estos futbolistas dieron y dan un plus con esta casaca, cuestión nada fácil si analizamos como
se vive el fútbol acá, el exitismo exacerbado, el ser primero o nada, las críticas excesivas de
algún sector de la prensa, el hecho de que los 40 millones de argentinos nos creemos
entrenadores, las cámaras de televisión, creer que porque el ex mejor del mundo es DT y el
mejor del mundo juega en esta Selección: hay que ser los mejores, etc.
El himno emociona dice Manu Ginobilli y no se equivoca. Pero no todos los deportistas de
cualquier país, pueden como él, manejar esas emociones y dar el máximo potencial. Siempre
existe escondido el miedo a no poder dar lo que se espera de uno. O el miedo a lesionarse. O el
miedo al fracaso. O el miedo al éxito, según cada estructura psíquica. Y el miedo si no está
trabajado, te puede hacer vulnerable, desde la vertiente negativa.
El deportes es hoy es un espectáculo y como tal, un fabuloso negocio. Que el marketing no
paralice algunos rendimientos como sucedió con Ronaldinho y Beckham, el mundial pasado.
Hay jugadores que “mueren” por usar la camiseta de su país y ser figura. Es cumplir un sueño.
Otros piensan más en que la cámara les enfoque los botines y cuanto cobraran de premio.
Es imposible ir a un negocio y pedir medio kilo de actitud, 1 kilo de agresividad competitiva y
que te amputen la mochila invisible que lleva tu camiseta en tu espalda. Si esto que intento
plantear fuese una fábula de niños, diría “TRANSFORMAR LAS MOCHILAS EN ZANAHORIAS”.
Ese es el arte, de eso se trata, más mochilas enterradas en el mundial , más zanahorias
buscadas en equipo e individualmente, mayor disfrute, mayor concentración, mejor toma de
decisiones y por ende, disfrutaremos todos de un hermoso mundial. Ojalá así sea.
MARCELO ROFFÉ
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