LA FAMILIA DEL LEON DE BERNAL OESTE LE DESEA UN FELIZ CUMPLE A ADRIAN BENGOECHEA,ARQUERO DE "LOS GUERREROS",CATEGORIA 99´.(21-04)
¡¡¡¡¡GRACIAS ADRIAN POR SER PARTE DEL LEON!!!!!!
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PROYECTO DEPORTIVO-Es un sentimiento, no puedo parar!
Lic. Marcelo Roffé
Psicólogo Deportólogo y Clínico
Responsable del Área Psicológica de las Selecciones Juveniles de Fútbol –AFA
Autor de cuatro libros de la especialidad publicados por Lugar Editorial - Master en la Univ. Complutense de Madrid -
Introducción
Basta recorrer la planta baja de la Asociación del Fútbol Argentino, presidida hace 27 años por Julio Humberto Grondona, en la calle Viamonte 1366, para comprender lo que intentaremos plantear. Muchas copas, trofeos y ensaladeras de diferentes tamaños que nos hablan de la riqueza y la historia de nuestra Selección Nacional.
Aquí vivimos. Y es en esta cultura que el “valor Selección” tienen un antes y un después del año 1974 y un antes y un después del año 1994. ¿Por qué? Primero con César Luis Menotti quien le dió otro estatuto al trabajo y luego con José Néstor Pekerman y su proyecto de juveniles que desembocó merecidamente luego de doce años, en este presente de semillas cosechadas en grande. En el medio Carlos Salvador Bilardo y sus dos finales consecutivas en 1986 y 1990 y un símbolo: Diego Armando Maradona.
Para nosotros el único, el diferente, el más grande dentro de la cancha. Sinónimo de camiseta transpirada, de talento desparramado, de amor propio, de jugar lesionado, de llorar por esta camiseta, de dar todo sin guardarse nada. En una palabra, sinónimo de Selección Argentina como ninguno. Que él sea “nuestra droga” y los argentinos no podamos dejar de mirarlo y consumirlo es otro problema, que excede estas líneas.
Desarrollo
¿Qué es jugar a la nuestra? ¿Qué representa para un futbolista vestir esta camiseta?
¿Lo motiva o le pesa? ¿Porque pensamos que hay jugadores de Selección y otros que no? ¿Cuáles son los méritos que hay que acumular para llegar a la elite de la elite?
No es casual que el Cholo Simeone sea el jugador que más veces vistió esta camiseta.
Y más que talento derrochaba actitud. Es un emblema nacional, nunca dijo que no, siempre estaba dispuesto al esfuerzo. Ese es el orgullo celeste y blanco.
Para desandar lo que para los futbolistas argentinos significa la Selección hay que poder diferenciar valor de precio, gloria de fama, identidad de identificación.
Identidad del futbolista que es transformada en identidad colectiva y donde el fútbol viene a ocupar ese “vacío” en épocas “globalizadas” de crisis de ideales e identidades.
Donde el fútbol en Argentina construye la idea de pertenencia y de territorio. País este con un embajador muy peculiar: El Diego. La película iraní “El sabor de las cerezas” mostraba una casilla de un trabajador en el medio del desierto y la cámara en un momento se detiene en un póster: era “El Diego” en el Mundial 86 llevando el balón. Un nombre representando un país.
País exageradamente “exitista” que exacerba los ganadores y los perdedores, los éxitos y los fracasos. Como si los grises no existieran, como si resultado fuera igual a desempeño.
Emociona ser testigo de cómo Ubaldo Matildo Fillol, campeón del mundo con esta camiseta, les transmite a los juveniles la importancia de tener ese escudito que dice AFA justamente en el corazón.
En estos seis años de trabajo en Ezeiza llegué a algunas conclusiones parciales: “La Selección no te espera como el club”; “La Selección es como estar finalmente con esa mujer de tus sueños que te “rompe” la cabeza: te dá mucho pero también te exige mucho”; “En la Selección la exigencia es muy alta, tan alta que parece que lo que uno hace, nunca alcanza”.
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